Ya me alcanza tu esencia,
tus bellas bailarinas,
que bailan al compás de tu atractividad,
a la par, por que todas son una, pero distintas.
Ya estoy invitado a la fiesta de los naranjos,
algunas se despojan de sus vestidos,
otras concederán un futuro,
y distintas aquellas que siguen su baile.
El viento, su música,
puros pétalos, fresco aroma,
si no un alma se pierde entre su desierto,
no a su desfile entra.
Excelsa presencia, y simpleza presente
más cautivos posees en cada uno de tus pétalos
que arena frutal y fragancia singular;
así, completa Sevilla con tus flores de azahar.
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