Seguidores

viernes, 21 de octubre de 2011

LUNA DE QUESO

Tumbado en las zarzas de mi calma,
no puedo dejar de dejarme enamorar,
de aquella luna, de aquella plata que nos observa,
y me arranca estos versos sin piedad.
¡Qué cara más perfecta!

Queso manchego que resalta en el cielo,
¿qué si no es, aquella C del revés?

Ahora mengua, mi marea disminuye,
ahora crece, mis olas tocan sus cráteres;
¿qué es eso que se alza cada noche,
qué es eso que se esconde en el día?

Aquello que ilumina, aquél hijo del sol  
es el queso del yo roedor.