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lunes, 18 de julio de 2011

MELANCÓLICAMENTE CIEGA

Mis atardeceres son tus lágrimas,
melancólicas de una puesta de sol,
si fue, que la melancolía envuelve,
envenenado de remordimiento, tu cara.

Mis amaneceres, no existen hoy en tus labios,
no, nunca perduraron en mi manicomio,
y ahora, te sumerges en lo mío que son ahorcadas,
que, no resisto, no. Solo, me limito a eso al verte así.

Mis sol, tus sol. Lo arrancaste del cielo y ahora
Luna, quiere que aparezca, dulce, un resplandor de sol,
pero obcecas a tu alma a que lo apagaste,
menguaste mi sol, sigues, y ya no es si no un solitario cielo.

Mis pensamientos,
reclamo una sonrisa que emerja de tu boca,
que me haga arrepentir,
de haber escritos estos versos.

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